[Hay escritores que a fuerza de no querer subestimar la inteligencia del lector, acaban por sobrestimar la suya propia.]
Si el amor puede justificar cualquier existencia, cualquier existencia sin amor puede condenarla.
Escupirle a la vida en su puta cara es una forma de elevarse por encima de nuestro destino.
Escribo sobre ti como si hiciéramos el amor, dejándome llevar, perdiendo completamente el control de mis sentimientos, de mis acciones. Es por éso que a veces puedo resultar tan bruto.
¿Hasta dónde voy a tener que removerte los sentimientos para que me los cuentes?
¡La vida qué va a ser un regalo! Si hay vida es por el beneficio que algún dios cabrón quiere sacar de nosotros.
El amor es una causalidad incausada, libertad pura y dura. Por éso es tan disparatada la frase «Te voy a hacer el amor», porque eso es como decir: «Te la voy a meter hasta que me quieras.»
Me encanta cuando no entiendo lo que escribo. Así me parece que escribo mucho mejor de lo que realmente escribo.
Acabo de entenderlo: el amor se desarrolla en dos planos al mismo tiempo, el de lo mitológico y el de lo real, y cuando éstos planos se ven separados por la circunstancia que sea, ya está tardando en venir el sacerdote que le dé la extremaunción.
Estarás orgullosa: yo ya sólo escribo para ti.
Me gusta cuando te ríes en otro idioma porque siempre entiendo lo que dices.
«Adivina cuánto me quieres», me dijo ella mientras se sonreía. Y yo me quedé en blanco.
A diferencia de lo que a ti te une a mí, lo que a mí me une a ti es precisamente lo que nos separa.
Hay escritores que cuando piden una opinión, lo único que buscan es reconocimiento.
El dolor concentra la mente de una forma realmente perversa.
De la misma forma que si quieres saber lo que es la interpretación te vas al teatro y no al cine, si quieres saber lo que es la comunicación te vas a la calle y no a puto Facebook de los cojones.
En la dispersión mental anida el arte.
Enfádate conmigo todo lo que quieras, que ya claudicarás en mis fantasías.
Me voy encontrando en todos los mundo posibles, y en ninguno de ellos tú y yo sumamos otra cosa que cero.
Lo que más me apena de nuestra relación es que me moriré sin haber sabido lo que sientes.
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