JUNIO - 2010


[Lo que más me apena de nuestra relación es que me moriré sin haber sabido lo que sientes.]

Si tu eres mi diosa, ¿qué clase de deidad eres que ni siquiera después de muerto podré reunirme contigo en el cielo?

«Mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado», dice Rafael Sánchez Ferlosio. Pero lo que no dice es qué hacer cuando no se encuentra nada con lo que sustituirlos. ¿Inventarlo?

El insomnio es como la drogadicción: una vez que aparece —y por mucho que la superes—, ya no abandonará tu vida hasta la muerte.

Errar es humano, acertar divino.

Elegir entre un necio o un malvado. A ésto se ha reducido la política nacional.

Hace siglos que no me suena el móvil. ¡Menuda maravilla!

Si la muerte es algo que le sucede a la vida, yo moriré como habré vivido: escupiéndole en su puta cara.

La capacidad evocadora de una frase aislada no asegura su calidad literaria.

La única empresa honesta que hay es la que pierde dinero.

Si la Televisión es la caja tonta, Internet es la caja subnormal profunda.

El antónimo de calidad es rentabilidad.

Creemos necesitar un pastel que no tenemos y nos consolamos comiendo piedras.

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