[En la vida hay dos momentos en los que los problemas parece que son de otra manera: después de hacer ejercicio y después de cagar.]
A falta de amor, la amistad nunca me ha interesado demasiado. Habría sido como preocuparme, por ejemplo, de qué modelo de ordenador comprarme cuando tengo el frigorífico vacío.
Todo el mundo quiere sinceridad, pero son muy pocos los que se atreven a pedirla. Y muchos menos aún son los valientes que osan ofrecerla.
Llueve. Y me encanta. Por las pocas motocicletas que salen a la calle.
¡Pues vaya gracia! Cuanto más nervioso estás y más necesitas la meditación, más difícil resulta hacerla.
La busco pero no consigo encontrarla. Sin noticias de Literatura desde hace semanas.
Hay que ver lo fructíferos que son el caos y la dispersión mental para el artista. De ahí que la meditación le sea tan difícil y necesaria al mismo tiempo.
A veces mejor solo que demasiado bien acompañado.
Como en cualquier edificio, los cimientos de una relación prefiguran sus posibilidades y limitaciones de evolución en el futuro.
Me acuerdo de los graciosos dedos de tu pies asomando por el borde de tus chancletas como si fueran los actores de un guiñol en su noche de estreno.
Me acuerdo de tu marido estrechándote con sus brazos y dándote una palmada en el culo mientras que yo me moría de envidia.
Me acuerdo de sacarme el chicle de la boca minutos antes de despedirnos por si lo hacíamos con un beso en los labios.
Un desastre: silencio en las palabras de principio a fin.
Nada mejor que la lectura para estimular la escritura.
El amor es un metal precioso que nunca se termina de pulir. Pero el tiempo no es el problema, el problema es que las limaduras te salten a los ojos.
Debate filosófico en Libertad Digital Televisión. ¡Dios mío, qué hartá de reir!
No tengo ni una sola idea propia. Lo único que hago es cacarear como un lazarillo ciego las cosas que voy escuchando por ahí.
Siempre fuiste un amor fantasma para mí, un amor que no termina de irse del lugar en el que nunca estuvo.
La salud dispersa la mente. El dolor la concentra, lo que sería cojonudo si pudiera concentrarla en otra cosa que no fuera el dolor mismo.
Caerse de una azotea con un caramelo en la boca no hace que la caida sea menos dura.
El orgasmo del reloj es el tiempo.
¿Puede una ausencia justificar de alguna forma una existencia?
A la espera del siguiente golpe demoledor que continúe justificando mi resentimiento.
Surque el espacio exterior que suque, sin noticias del más mínimo silencio.
La banalidad del bien.
Si «House» es Cómo seguir siendo un personaje de carácter rodeado de personajes de destino, «Perdidos» es Cómo llegar a ser un personaje de destino rodeado del personaje de carácter que es La isla.
Cuando despertó, Lorca ya no estaba allí.
El problema no es que la gente nunca cambie, porque a veces sí que lo hace. El problema es que lo que no puede cambiar es el pasado.
Esta tarde, viendo «Love actually» en televisión, he vuelto a acordarme de ti. Y es que encuentro patrones de nosotros dos casi en cualquier película que vea.
Necesito a las mujres como el militar necesita a su enemigo.
No creo en la teoría amorosa de las almas gemelas, sino en la de las substancias gemelas.
Esta tarde, «Monstruos S.A.» en televisión. ¿Te acuerdas? Seguro que no tan bien como yo.
La próxima vez que te vea me gustaría darte algo en lo que pensar (un roce, una caricia, una mirada de cómplice ternura) durante las escasas noches que duermas a solas en tu cama de matrimonio.
Me hace gracia el empeño que siempre pones en que califique a tu marido de mi amigo cuando en realidad siempre ha sido el contrincante ganador de un trofeo a cuya disputa yo, celosamente, ni siquiera puden nunca llegar a tiempo.
No, en serio. No te rías. Deberíamos acostarnos. Precisamnete porque sería un desastre. Así yo podría desmitificarte de una maldita vez y tú podrías dejar de escuchar la insidiosa vocecita de mi deseo.
Debes de pensar que soy como una carraca. Y yo preciso: pero sin dientes que hagan ruido ni apenas furia.
El futuro es una sombra que agoniza en su viaje al principio de la noche.
El problema no es fundirte si te acercas demasiado al fuego, el problema es la inútil y absurda forma con la que luego puedes enfriarte.
Soy un puzle desdentado.
Me acuerdo de la llamada telefónica que me hiciste dos días antes de tu cumpleaños para tratar de arreglar lo nuestro después de haberme enfadado contigo.
Me acuerdo de observarte las orejas cada mañana para comprobar si te habías puesto los pendientes que te regalé al volver de las vacaciones de navidades.
Es igual gritar o susurrar si se hace en el vacío. La propagación de la voz será la mismo: cero.
Mi deseo de año nuevo: que a quien tire un sólo pertado en la calle, le explote en la mano y se la ampute, que luego venga un perro, se la lleve corriendo y se la coma en un callejón apartado, para que, finalmente, un chino capture al perro para hacer con él rollitos de primavera y se lo sirva en su restaurante al de la mano amputada que con un poco de suerte se atragantará con su propia alianza de bodas que creía haber perdido cuando se le acurrrió tirar ese maldito petardo.
... Five, Four, Three, Tow, One, Blastoff!
A falta de amor, la amistad nunca me ha interesado demasiado. Habría sido como preocuparme, por ejemplo, de qué modelo de ordenador comprarme cuando tengo el frigorífico vacío.
Todo el mundo quiere sinceridad, pero son muy pocos los que se atreven a pedirla. Y muchos menos aún son los valientes que osan ofrecerla.
Llueve. Y me encanta. Por las pocas motocicletas que salen a la calle.
¡Pues vaya gracia! Cuanto más nervioso estás y más necesitas la meditación, más difícil resulta hacerla.
La busco pero no consigo encontrarla. Sin noticias de Literatura desde hace semanas.
Hay que ver lo fructíferos que son el caos y la dispersión mental para el artista. De ahí que la meditación le sea tan difícil y necesaria al mismo tiempo.
A veces mejor solo que demasiado bien acompañado.
Como en cualquier edificio, los cimientos de una relación prefiguran sus posibilidades y limitaciones de evolución en el futuro.
Me acuerdo de los graciosos dedos de tu pies asomando por el borde de tus chancletas como si fueran los actores de un guiñol en su noche de estreno.
Me acuerdo de tu marido estrechándote con sus brazos y dándote una palmada en el culo mientras que yo me moría de envidia.
Me acuerdo de sacarme el chicle de la boca minutos antes de despedirnos por si lo hacíamos con un beso en los labios.
Un desastre: silencio en las palabras de principio a fin.
Nada mejor que la lectura para estimular la escritura.
El amor es un metal precioso que nunca se termina de pulir. Pero el tiempo no es el problema, el problema es que las limaduras te salten a los ojos.
Debate filosófico en Libertad Digital Televisión. ¡Dios mío, qué hartá de reir!
No tengo ni una sola idea propia. Lo único que hago es cacarear como un lazarillo ciego las cosas que voy escuchando por ahí.
Siempre fuiste un amor fantasma para mí, un amor que no termina de irse del lugar en el que nunca estuvo.
La salud dispersa la mente. El dolor la concentra, lo que sería cojonudo si pudiera concentrarla en otra cosa que no fuera el dolor mismo.
Caerse de una azotea con un caramelo en la boca no hace que la caida sea menos dura.
El orgasmo del reloj es el tiempo.
¿Puede una ausencia justificar de alguna forma una existencia?
A la espera del siguiente golpe demoledor que continúe justificando mi resentimiento.
Surque el espacio exterior que suque, sin noticias del más mínimo silencio.
La banalidad del bien.
Si «House» es Cómo seguir siendo un personaje de carácter rodeado de personajes de destino, «Perdidos» es Cómo llegar a ser un personaje de destino rodeado del personaje de carácter que es La isla.
Cuando despertó, Lorca ya no estaba allí.
El problema no es que la gente nunca cambie, porque a veces sí que lo hace. El problema es que lo que no puede cambiar es el pasado.
Esta tarde, viendo «Love actually» en televisión, he vuelto a acordarme de ti. Y es que encuentro patrones de nosotros dos casi en cualquier película que vea.
Necesito a las mujres como el militar necesita a su enemigo.
No creo en la teoría amorosa de las almas gemelas, sino en la de las substancias gemelas.
Esta tarde, «Monstruos S.A.» en televisión. ¿Te acuerdas? Seguro que no tan bien como yo.
La próxima vez que te vea me gustaría darte algo en lo que pensar (un roce, una caricia, una mirada de cómplice ternura) durante las escasas noches que duermas a solas en tu cama de matrimonio.
Me hace gracia el empeño que siempre pones en que califique a tu marido de mi amigo cuando en realidad siempre ha sido el contrincante ganador de un trofeo a cuya disputa yo, celosamente, ni siquiera puden nunca llegar a tiempo.
No, en serio. No te rías. Deberíamos acostarnos. Precisamnete porque sería un desastre. Así yo podría desmitificarte de una maldita vez y tú podrías dejar de escuchar la insidiosa vocecita de mi deseo.
Debes de pensar que soy como una carraca. Y yo preciso: pero sin dientes que hagan ruido ni apenas furia.
El futuro es una sombra que agoniza en su viaje al principio de la noche.
El problema no es fundirte si te acercas demasiado al fuego, el problema es la inútil y absurda forma con la que luego puedes enfriarte.
Soy un puzle desdentado.
Me acuerdo de la llamada telefónica que me hiciste dos días antes de tu cumpleaños para tratar de arreglar lo nuestro después de haberme enfadado contigo.
Me acuerdo de observarte las orejas cada mañana para comprobar si te habías puesto los pendientes que te regalé al volver de las vacaciones de navidades.
Es igual gritar o susurrar si se hace en el vacío. La propagación de la voz será la mismo: cero.
Mi deseo de año nuevo: que a quien tire un sólo pertado en la calle, le explote en la mano y se la ampute, que luego venga un perro, se la lleve corriendo y se la coma en un callejón apartado, para que, finalmente, un chino capture al perro para hacer con él rollitos de primavera y se lo sirva en su restaurante al de la mano amputada que con un poco de suerte se atragantará con su propia alianza de bodas que creía haber perdido cuando se le acurrrió tirar ese maldito petardo.
... Five, Four, Three, Tow, One, Blastoff!
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